Y claro está, la culpa es de "ella": por morirse. Es decir, la culpa será de Baza... por no tener tren. Una reflexión esta que puede parecer absurda pero que viene a parar a un punto en el que parece que más de uno, y de dos, de quienes nos representan, no se enteran de que el sureste español necesita el tren por Baza, por innumerables razones de todo tipo de las que se puede hacer el abanico más amplio imaginable: sociales, económicas, geográficas, de justicia, de ayuda a un territorio necesitado de ella... de lo que se quiera, vamos.
Va pasando el tiempo y las primeras decisiones definitivas se han tomado y se están ultimando en la Unión Europea. Han pasado más de diez años desde que Ferrmed propuso la inclusión del tren por Baza en el trazado del Corredor europeo por el Mediterráneo, sin que nadie moviera un dedo por abundar en apoyos al proyecto.
Cierto es también que fueron los socialistas quienes "quitaron" el tren de nuestra zona, en vez de mejorar una infraestructura decimonónica sobre la que un tren que salía al mediodía de Granada, hacia Barcelona, llegaba ya de noche a tierras murcianas, simplemente para que volviera a ser rentable s siendo útil. No son menos ciertas las propuestas de los posteriores estudios de viabilidad que, dicho sea de paso, parece que se necesitan sólo en este lugar del mundo y sobre los que se empeñan en que pesen como losas inamovibles que impidan que el proyecto pueda salir adelante, aunque sea una gran necesidad para la mejora del futuro de una de las zonas más necesitadas del país.
Se han producido alternancias en el gobierno central y siempre parecemos estar abocados a lo mismo, a esa disputa PP-PSOE, porque IU y PA siempre se han estado a favor. Lo que se está viviendo estos días, visto por ojos de un ciudadano simple y corriente, como un servidor, no es fácil de entender. La Unión Europea ha tomado ya su decisión y necesita que llegue a sus manos nuestro tren por Baza, porque si no es así el tren acabará siendo una utopía. ¿Qué hace falta para ello? Pues sólo que nuestros políticos decidan que así sea. Pero eso sí, el Corredor Mediterráneo está en marcha y el tren no espera, de forma que lo que ahora es un tren de futuro no va a tardar en ser un pasado reciente, para acabar otra vez en el olvido... y Baza se quedará sin tren.
Está muy claro que hoy sólo puede traer el tren a Baza la unión de todos, como tan claro está que, si preguntas, todos están diciendo que empujan para derribar el muro que lo impide, aunque haya quien se empeñe en empujar desde el lado contrario. Se observan en esta historia las lógicas rivalidades políticas, tanto como se echan en falta los políticos que saquen la cara por su tierra, aún antes que por su propio partido si ello fuese menester, porque ellos mejor que nadie saben de nuestras necesidades y de cuál tendría que ser la defensa de quienes les votan.
Uno se pregunta por qué, llegada la Proposición No de Ley al Congreso, se tiene que derrumbar para volver a empezar de nuevo, y más, cuando encima se dispone de mayoría para poder enmendar y mejorar la propuesta y que esta salga adelante. Pues no, empecemos de nuevo y, de camino, echamos en cara todo lo que queramos, ponemos condiciones... y el tiempo pasa... y el tren no espera. Y, lo peor, los obstáculos más grandes, con los políticos de la tierra como protagonistas. No lo entiendo. No lo puedo entender.
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